Hoy sentenciaron a Menéndez y otros esbirros a muchos años de cárcel por los crímenes cometidos en la última dictadura militar y cuando escuchaba el veredicto, sentía un gusto amargo.
La justicia tarda pero llega, dicen, aunque cuando llega tan tarde es difícil considerar que realmente llegue. Uno ve esos viejitos con cara de amargados y piensa ¿Esos fueron torturadores, violadores, asesinos, esos viejitos? ¿Tiene sentido condenarlos ahora a penas que no podrán cumplir porque morirán antes, mucho antes de cumplirlas?
Canal 12 y Canal 8 en sus respectivos noticieros se tomaron el tiempo de dejar prácticamente todo el discurso de Menéndez, lo que llaman "palabras finales". No hicieron lo mismo con la acusación del fiscal, pero si tomaron la cuestionable decisión de darle divulgación a las frases del ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y la vieja teoría de los dos demonios, esto era una guerra, si nos juzgan a nosotros júzguenlos a ellos también, los terroristas que sobrevivieron ahora están en el poder, y toda esa basura que no resiste el menor análisis.
Por otro lado, acompañando los juicios, los familiares, Madres de Plaza de Mayo, HIJOS, y militantes de partidos de izquierda insisten en cantar una canción que es profundamente trágica. La letra dice lo siguiente: “Como a los nazis les va a pasar, a dónde vayan los iremos a buscar”. Pero, pensemos un minuto, ¿Quienes fueron a buscar a los nazis a donde sea? ¡El Mossad! El servicio de inteligencia israelí, que está muy lejos de respetar los derechos humanos y cuyas tácticas son muy similares a las utilizadas por los militares durante las dictaduras. Entraron en países sin permiso, violando su soberanía, secuestraron a sus objetivos, los trasladaron en secreto hacia Israel donde los ejecutaron sumariamente. Eso no es justicia, es venganza. ¿A quien están emulando en su cancioncita los izquierdistas y luchadores de los derechos humanos? Al servicio de inteligencia más fascista y criminal del mundo. ¡Vaya contradicción!