domingo, septiembre 12

Ningún Fahrenheit

No hizo falta ningún Fahrenheit, no hizo falta quemar libros, inhibiendo la lectura, atacando la cultura, el sistema hizo su trabajo de hormiga a travéz de los años, llegando al mismo fatídico resultado. Sin lectura no hay pensamiento, sin pensamiento no hay crítica, sin crítica no hay posibilidad de cambio.
La famosa novela de Ray Bradbury sirvió de inspiración a todo aquel que quisiese, de manera metafórica, denunciar ataques a la cultura y la verdad. El documentalista Michael Moore con su Fahrenheit 9-11 mostró como se “quemaron” o simplemente ignoraron, todas las pruebas de ese espectacular ataque terrorista que Estados Unidos se autoinflingió para justificar dos invasiones a países soberanos y la posterior ocupación y saqueo de sus recursos naturales.
La elite que gobierna al mundo desde hace más de mil años ha perfeccionado sus métodos de esclavitud, es mejor convencer al esclavo de que es libre y pagarle un sueldo de hambre, que mantenerlo prisionero, porque de lo contrario tarde o temprano se rebelará.
Siguiendo ésta lógica, las dictaduras que los carteles de bancos y corporaciones dueñas del mundo impusieron no dieron los frutos esperados. Eran demasiado directas y sus objetivos muy obvios. Generaban revueltas, revoluciones, y hasta en algunos casos el dictador se pasaba del lado de su pueblo traicionando a quienes lo habían llevado al poder.
Era necesario cambiar de estrategia. De ésta manera, los gobiernos de Estados Unidos y Europa Occidental, que habían apoyado a las administraciones de facto, ahora cambiaban su discurso y presionaban hacia un mundo democrático. La democracia nos fue vendida como pescado podrido, anunciada como el método de gobierno más igualitario, participativo y justo, se transformó a la vista de todos, en el sistema más fácilmente corrompible y en el cual el capitalismo despiadado podía desarrollar mejor su ancestral estrategia de robo y piratería.
Los ricos siguen ricos, los pobres siguen pobres. La nueva táctica del poder indicaba que daba mejores resultados mentir, socavar, monopolizar, comprar, corromper, manipular, que invadir, masacrar, torturar, encarcelar…

Ya no es necesario quemar los libros como en Alejandría, u ocultarlos en la inaccesible Biblioteca del Vaticano. Ahora simplemente nadie quiere leer ¿Para qué? Leer presupone un esfuerzo, uno tiene que interpretar, analizar, pensar, y hasta  por dios: ¡Buscar palabras en el diccionario! Pero por sobre todas las cosas, lo peor, lo inadmisible: ¡Imaginar!
Ya no hizo falta que los bomberos quemaran libros como en la novela de Bradbury, la TV quemó el cerebro de la persona que prefiere ver y oír algo completamente digerido a hacer su proceso de interpretación y creación de imágenes, como en la lectura. Cuando el sistema descubrió la capacidad de “Fuego” de la TV, invirtió millones en adueñarse de sus canales, contenidos, programación. La monopolización de las agencias de noticias crearon una sola verdad, una sola interpretación de esa verdad, un mensaje unificado. Lo que dice la TV es la única verdad, y es aceptada por todos aunque sea una mentira.

En menor escala pero haciendo su aporte necesario para que el círculo cierre los gobiernos locales contribuyen con la estupidización colectiva. Las gloriosas Ferias del Libro que se hacían en nuestra ciudad (nacidas y matadas bajo gobiernos radicales) fueron transformándose en una pantomima de lo que eran. Aquellas verdaderas celebraciones cívicas, con Eduardo Galeano hablando en el Teatro Real, y Hermeto Pascual tocando gratis en la Plaza San Martín, plagadas de Editoriales de toda América ofreciendo libros que nunca llegarían de otra manera, ha quedado solo en el recuerdo.
La Feria del Libro ahora se limita a unos cuantos stands donde las editoriales de siempre ofrecen los libros de siempre al mismo precio que en la librerías o un 20% más caro pero claro, con un cartelito que dice “Oferta”.
Las Editoriales también pusieron su granito de arena para colaborar con la barbarie, ya no se dedican a descubrir nuevos talentos, seleccionar, crear antologías, invertir… ahora, cualquier señora aburrida puede publicar un libro de lo que se le ocurra escribir si tiene plata para pagarlo. Para que molestarse entonces.

La táctica de los "Kissinger" del poder es clara: No hay que quemar libros, hay que quemar eso que tenemos dentro que nos hace querer leerlos.

Pues bien: ¡Darse cuenta es el primer paso hacia cualquier resistencia!




Pablo Candi
Agosto, Septiembre, dos mil 10.

sábado, agosto 21

martes, agosto 3

Navegar nao é preciso, rebelarse es preciso!

 
Creo que en algún punto de la vida las personas se pierden del caminito trazado para ellas, trazado por otros de hecho y que de alguna manera, increíble manera, llegaron a convencerse que trazaban por si mismos. Se desvían aunque sea temporalmente, ínfimamente, de eso que se supone que es lo que se supone que deben hacer. Hablo de que te criás en un barrio, tenés tus amigos, tu colegio, tu universidad, tu estudio, tu novia, todo está bien, todo es como se presume debe ser, pero un día, un día, conocés a una persona en cualquier momento, en cualquier lugar, y casi en cámara lenta girás la mirada, ves, casi por primera vez a otra persona, comenzás a hablar y todo se va a la mierda. Gracias a dios, menos mal, todo se va a la mierda.

Las cosas están mal, es bueno que se vayan a la mierda. Tu vida definitivamente debe ser tuya y la única forma de que eso pase es que dejes de seguir un caminito previamente trazado para vos y que creas ilusamente que estás eligiendo. No estás eligiendo un carajo, las opciones son tan básicas y tan obvias que esa libertad que creés tener para elegir es tan falsa como el sueño americano, que en menor medida, nosotros también seguimos.

“Quiero ser feliz”, repiten los alienados, como si eso fuera posible, la felicidad son espacios muy medidos de tiempo, no existe como un concepto final, ya está, ahora soy feliz, es absurdo. Nadie es feliz mucho tiempo y todos lo somos alguna vez, así que basta con eso de mi objetivo es ser feliz, es una muletilla repetida. Además ¿Por qué creemos que repitiendo muletillas, caminos para nosotros trazados por otros, haciendo exactamente lo que se espera que hagamos, vamos a ser, aunque sea momentáneamente, felices?

Hay que distinguir, es muy muy importante distinguir, entre lo que realmente queremos hacer, queremos ser, queremos vivir, y lo que creemos que queremos. Creemos que queremos cosas, formas, personas, porque estamos programados, desde la familia, la escuela, la universidad, esas manos que el sistema tiene para modelarte a su imagen y semejanza. Pero no es eso lo que somos, podemos remodelarnos. La rebeldía llega en el momento justo, la adolescencia, y no es casual. Exactamente en ese momento uno debe rebelarse, sacarse el moldecito, desaprender, deseducarse, sacarse el chip, desviarse del camino oficial y buscar el propio. De lo contrario es probable que ya no puedas recuperarte, porque la rebeldía se aquieta y luego vienen la apatía, y mas tarde la resignación, y cuando querés darte cuenta es despiadadamente tarde. Estarás discutiendo con tu hijo, prohibiéndole ese viaje al Machu Pichu, reclamandole que estudie abogacía, o estarás estudiando vos mismo abogacía ¡A - bo – ga - cía!

Escuchá, ni vivir, ni volar, ni navegar es preciso, rebelarse sí. Rebelarse es preciso e indispensable, es el primer paso, fundamental, necesario, hacia una verdadera libertad, hacia un verdadero descubrimiento de uno mismo. No creer nada de lo que te dicen, buscar tu propia verdad y actuar en consecuencia. De lo contrario serás siempre un esclavo, una oveja de este gran rebaño, haciendo exactamente lo que te dicen que hagas, dando exactamente lo que se espera que des, nada. Tendrás una vida mundana igual a la de cualquier otro y te sentirás irremediablemente vacío, solo, angustiado, aunque te bombardees de actividades, fiestas, amigos, trabajo, lo que sea para tapar ese sentir y no quedarte ni un segundo solo y en silencio con vos mismo, rectificando aquella terrible frase de Carl Jung: “La gente hará cualquier cosa, hasta lo más absurdo, para no enfrenarse con su alma.”





Pau Candi

Agosto 3, Martes. Dos mil 10.



Música: The Black Keys – Unknown brother.

jueves, julio 22

Día del Amigo, una idea.

Feliz amigo del día, soy, y de la noche, y de todos los animales (salvo algunos insectos) y de todas las plantas (hasta de las carnívoras). Amigo de las piedras, de la tierra, del agua, del aire… pero de la gente, poco. El ser humano, salvo escasísimas excepciones, es un ser bastante despreciable. Pero repasemos: La amistad es una de las relaciones más bastardeadas y ninguneadas que dos personas puedan tener. No existe la amistad entre hombres y mujeres, dicen los sabios idiotas de turno. Si hay sexo se acaba la amistad, determinan otros pastenacas costumbristas, y por ahí vamos. Encima viene el Facebook y la mina pone una foto de perfil mostrando el culo y para qué, 5000 amigos tiene, todos hombres, todos babosos, la chica más popular de la ciudad. Amigos son los que están en las buenas y en las malas, reza la frase gastada, deprimite y contalos, dale.
Lo cierto es que cuanto más superficial seas, cuanto menos te intereses realmente por las personas, cuanto menos intentes realmente ayudarlas, comprometerte, amarlas, más amigos tendrás. Aquel que dice siempre lo que piensa, ese que no se aguanta y escupe esas verdades que nadie soporta oír, ese que sufre cuando estás mal y viene y te dice, por ejemplo: “che amiga, estás siempre sufriendo por ese hijo de puta ¿Por qué no lo mandas de una buena vez a la concha de su madre? No te das cuenta que no te ama, no sabe amar, es un egoísta, vacío, mediocre, no te valora y no sabe lo que quiere”. Uh, pobre, ese se queda solo. Ese no llena de carcajadas exageradas los bares de la ciudad en el día del amigo. Cuanto mucho recibirá un mail o dos, de algún amigo de esos que solemos llamar verdaderos o mejores, y que por esas cosas de la vida justo se fue a España, que lo parió…
La amistad es un tipo de relación indefinida, bastante libre, que cada uno va armando como le va saliendo. Lo seguro es que los amigos se celan y reclaman mucho menos que los novios o parejas, se pelean muchísimo menos, y se traicionan o asesinan muy de vez en cuando. Los amigos se contienen, respaldan y socorren con más frecuencia y desinterés que los familiares. Los amigos casi no se mienten, no tienen por que, se quieren como son, y no son quienes para juzgarse.
Para coronar, conozco amigos y amigas que hacen el amor entre sí con más pasión, sentimiento y salvaje hermosura, que con sus propios maridos o esposas.

(Esposa ¡Qué palabra!)


En fin, es una idea.


¿Querés ser mi amiga nena? ja ja… es una idea.

martes, febrero 16

Lluvia y Seis Mil Quinientos Libros




Todavía no termino de entender la incalculable fortuna de tener una biblioteca en casa. Más de seis mil quinientos libros en mi computadora y además llueve, y es lunes, y los lunes, esos odiosos días de trabajo, yo no trabajo. Llueve, jazz, café con una pizca de leche y seis mil quinientos libros. Soy feliz, si no lo fuera sería preocupante, habría perdido la sorpresa, la gratitud o alguna de esas pocas cosas que uno trae cuando nace y no debería perder, no debería. Es cierto que no te tengo, y te quiero, y no me querés y más te quiero, pero llueve, los árboles están felices y yo siento sus sonrisas, sus manos al aire, su savia, sabia. Uno puede amar sin ser amado y que esto no constituya una tortura si tiene seis mil quinientos libros, y si entre medio de ellos están los únicos dos libritos gigantescos de Juan Rulfo, ciertos indispensables libros de Nietzsche, y la palabra poeta de Juarroz, como un consuelo, como una mano en el hombro, como un poco de licor en el café, como las pocas e inasibles ventajas de ser adulto: comer el postre antes del almuerzo, por ejemplo. Comer únicamente el postre, inclusive.
Seis mil quinientos libros y además otros tantos discos, muchos de ellos de jazz, y entre ellos claro Bill Evans, Billy Holiday… olor a tostadas, salir a caminar dentro de casa, mirarse al espejo, lavar los platos de ayer, dibujarse la mano, soñar despierto que es como soñar dormido pero se parece más a una plegaria, un pedido.
Arlt y Asimov están en la A. El ruso no habla castellano, Roberto no habla ruso, no intentan otros idiomas, es mejor el lenguaje universal del gesto y el silencio. Uno ofrece un cigarrillo, el otro acepta, lo huele antes de encenderlo, fuman mirando como se mezclan los humos en el aire de éste frío día de verano, apoyados en la baranda del viejo barco de Ensenada. Y además empieza primero un piano leve, ondulante, como ola de río gris, después entra la trompeta delicada de Chet Baker iluminando los ojos de mi recuerdo de vos, de mi invención de vos, porque el amor es una invención de uno, de uno y sus invenciones.
Bakunin, Ballard, Barthes. Más allá, cruzando la calle mojada, saltando algunos charcos llenos de cielo, Baudelaire, Beckett, Bierce, y apenas separados, a la sombra de un árbol que todavía llueve, Bioy Casares y Borges saludan a Bradbury y Frederic Brown. Los hombres que nacieron viejos, que en sus arrugadas manos recolectaron palabras y años y luces encerradas y vinos y soledad.
¡Qué invadido de domingo el lunes! Que liviano el peso de no tenerte salvo en la imaginación y el recuerdo, que son casi lo mismo. Calvino, Camus, Carpentier, Chejov, Conrad ¿Estamos todos? No, falta el capitán, Julito Cortazar, tropezando sonríe tras su barba.
Dave Brubeck mantiene la melodía de su Otoño en Washington Square. La luz entra por debajo de la puerta, un hornero picotea un bicho, las hojas secas pronostican el final de un verano despiadado. Huele a humedad y a mí, las ventanas están abiertas pero no hay brisa que las justifique…
Y así el día se hace noche, y en la noche llega el vino, 50 cabernet, 50 syrah, abierto a 19 grados mientras la salsa se estaciona y los fideos hierven en la olla semi destapada. Serán servidos sin queso, porque cuando la salsa es buena el queso la arruina. Así me recomendó Albi, un mediodía en su programa de Clásica y Moderna, bastante antes que mi “Jazz de Medianoche” fuera anunciado por “Stolen Moments” de Oliver Nelson y yo temblase esa agradable sensación de que el día había valido la pena. Brindar solo, por Pierrot, siempre, desde aquella vez Montevideo donde me emocioné escuchando tu Falta y Resto, caminando la rambla, la inocencia de Benedetti, las memorias de fuego de Galeano, los charcos donde metía la pata Onetti, ahora me salpican a mí. “Miren al Pierrot callejero, de la noche fiel compañero… le ha tocado pasarse la vida a solas con su corazón”…   
Sí, me dolés, pero este cuerpo, vacío de tu cuerpo, sabe bailar bajo la lluvia, desnudo, escondido en la noche, feliz por amar de nuevo, por saber amar, y por no tener nada salvo seis mil quinientos libros.




Pau Candi
lunes 15 de febrero, dos mil diez. 

sábado, enero 16

Como Trompada

La búsqueda de contundencia no es eterna, es contemporánea a las facilidades de cierta evolución del sistema de vida occidental. Cuando nuestro día a día comenzó a tornarse predecible, aburrido, sin sorpresas. Allí nació la búsqueda de la contundencia, o la búsqueda de eso que llamamos: "Algo que me vuele la cabeza", sea esto música, cine o cualquier otra droga. Pero ¿Qué pasa cuando uno no encuentra la tal de contundencia, cuando a uno nada le vuela la cabeza? Pues, o se resigna a vivir sin sobresaltos, sin emoción, se rinde, solo permanece, transcurre... ó genera, crea aquello que le vuele la cabeza, aquello que le entre como trompada. Entonces... Podemos hacer una banda mezcla Rage Against The Machine con Bestie Boys y letras como las de Keny Arkana... ó podemos hacer un corto terrible, que parezca que termina pero que siga, que tenga otras dos partes, hasta una cuarta. Empezamos haciendo la primera parte, que esté bien actuada, bien dirigida, cuidada en los detalles, que sea realista. Paf! que te pegue como zopapo, que te quedés así como abofeteado, despertés, que te impulse a hacer otras cosas similares, que sirva de inspiración y también de punto de partida. Que a raíz de ese primer laburo se abran posibilidades, de conseguir financiamiento para los próximos, de unir a otros como uno, y así recorrer ese camino infinito, ese que parece como escrito, pero sinembargo uno va haciendo con cada paso. Bueno... en eso estoy!