jueves, enero 13

Un “NO” y las flores


Previo a la ofensiva armada de la policía y el ejército contra reductos controlados por el narcotráfico en Río de Janeiro, el gobierno había promovido una especie de consulta y debate en las universidades, para medir el apoyo popular a la polémica medida. Tras la oratoria de algunos se procedía a la votación y el “Sí” arrasaba. El acto cívico, que era seguido por los principales medios de comunicación, marchaba según lo previsto por el gobierno hasta que un abucheo generalizado llamó la atención de todos. El estudiante Paulo C. Fernades había votado por el “No” y pedía la palabra para explicar su voto: “Voto por el No porque el gobierno hace esto ahora, a poco de las elecciones, con un evidente propósito electoralista. Voto por el No porque el asalto a las favelas traerá muchos muertos y heridos inocentes. Voto por el No porque los que vivimos en favelas sabemos muy bien que el estado no está allí, nunca ha estado allí. Allí siempre han estado los traficantes, y ellos han sabido suplir la ausencia del estado, y nosotros hemos sabido sobrevivir y adaptarnos a sus leyes, y ahora viene el gobierno a liberarnos, así como los norteamericanos liberaron a los iraquíes de Sadam Husein. Voto por el No porque para eliminar realmente al narcotráfico el gobierno debería limpiar a la policía que lo permite y a los estamentos corruptos del gobierno y el poder judicial sin los cuales no podría subsistir. El problema de las drogas se soluciona legalizándolas, reglamentando su consumo y su venta, pero claro ahí deja de ser negocio. Voto por el No porque esto ya se ha hecho antes, los traficantes huyen y a los pocos meses recuperan su territorio, después del golpe de efecto, del circo de prensa, del triunfo electoral, todo sigue igual. Voto por el No porque para eliminar el narcotráfico de las favelas hay que eliminar las favelas, hay que eliminar la pobreza, y la pobreza no se elimina con armas ni con bolsones de comida”.
Paulinho es interrumpido, abucheado, insultado, luego la votación continúa, y muchos estudiantes votan por el “No”. Al otro día se cancela todo debate y votación. Semanas después más de 2600 policías y militares toman el control de la Vila Cruzeiro y luego del Complexo do Alemao. La operación deja más de 40 muertos, al menos 30 de ellos inocentes y cientos de heridos. La gran mayoría de los “bandidos” huye.
Eufóricos, los jefes policiales y el gobierno anuncian el éxito y prometen “liberar” también la Rocinha, la favela más grande de Río, pero no lo hacen, ya no es necesario. Los candidatos oficialistas ganan las elecciones.

Todas las mañanas alguien deja cientos de flores en la entrada de la casa de Paulinho.


Pau Candi.
Enero 13, dos mil 11.