A nadi
Nadia rasca con la uña en la madera las alas que le faltan para volarse, pies la atan a este mundo de domingos impertérritos, jardines descuidados, peces muertos en la orilla de la respuesta del mar, que no será dios, pero se mueve de la misma manera.
Nadia, luces de barcos en el horizonte, piel de plegaria, se corta los malos pensamientos para ver si se escapan como manos, pero no, se quedan allí, abrazados a si mismos.
Adentro algo que no es el corazón late.
Natura y La Máquina ejercen su poder y dominio en esta criatura dócil, frágil pero de grandes vientos. Cientos de árboles y montañas creció Natura desde sus tobillos hasta el comienzo del cuello, ya pobló La Maquina su espalda salvaje y su vientre impenetrable, de cimientos donde alzar muros divisorios. Controladas sus tormentas huracanadas, queda tan solo una niña de mujer, que caminará por donde todos caminan.
Pero adentro algo amontona distancia.
Entonces Nadi, sopla suavemente en las hendijas de lo permitido y su aliento de tibia rebeldía, de brisa de Marzo, parte al mundo en dos, imperceptiblemente. Y de la fuerza que la tierra hace para mantenerse unida, crea la niña en su profundidad, las palabras que besarán cada mañana los hombres y mujeres nuevos, dejando para siempre de olvidarse de ser la pureza de los niños que eran. Natura no impone y La Maquina no funciona.
Entonces adentro es afuera, y Nadia habla con su hombre, amigo, ángel, y gana estas palabras que él pierde sin cuidado, como el viento que para ser, pierde el aire que lo hace.
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Nadia rasca con la uña en la madera las alas que le faltan para volarse, pies la atan a este mundo de domingos impertérritos, jardines descuidados, peces muertos en la orilla de la respuesta del mar, que no será dios, pero se mueve de la misma manera.
Nadia, luces de barcos en el horizonte, piel de plegaria, se corta los malos pensamientos para ver si se escapan como manos, pero no, se quedan allí, abrazados a si mismos.
Adentro algo que no es el corazón late.
Natura y La Máquina ejercen su poder y dominio en esta criatura dócil, frágil pero de grandes vientos. Cientos de árboles y montañas creció Natura desde sus tobillos hasta el comienzo del cuello, ya pobló La Maquina su espalda salvaje y su vientre impenetrable, de cimientos donde alzar muros divisorios. Controladas sus tormentas huracanadas, queda tan solo una niña de mujer, que caminará por donde todos caminan.
Pero adentro algo amontona distancia.
Entonces Nadi, sopla suavemente en las hendijas de lo permitido y su aliento de tibia rebeldía, de brisa de Marzo, parte al mundo en dos, imperceptiblemente. Y de la fuerza que la tierra hace para mantenerse unida, crea la niña en su profundidad, las palabras que besarán cada mañana los hombres y mujeres nuevos, dejando para siempre de olvidarse de ser la pureza de los niños que eran. Natura no impone y La Maquina no funciona.
Entonces adentro es afuera, y Nadia habla con su hombre, amigo, ángel, y gana estas palabras que él pierde sin cuidado, como el viento que para ser, pierde el aire que lo hace.
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Björk & Modeselektor - Hidden Place (Dj Pau Candi Remix)