miércoles, noviembre 28

Nadia, Natura y La Máquina

A nadi


Nadia rasca con la uña en la madera las alas que le faltan para volarse, pies la atan a este mundo de domingos impertérritos, jardines descuidados, peces muertos en la orilla de la respuesta del mar, que no será dios, pero se mueve de la misma manera.
Nadia, luces de barcos en el horizonte, piel de plegaria, se corta los malos pensamientos para ver si se escapan como manos, pero no, se quedan allí, abrazados a si mismos.

Adentro algo que no es el corazón late.

Natura y La Máquina ejercen su poder y dominio en esta criatura dócil, frágil pero de grandes vientos. Cientos de árboles y montañas creció Natura desde sus tobillos hasta el comienzo del cuello, ya pobló La Maquina su espalda salvaje y su vientre impenetrable, de cimientos donde alzar muros divisorios. Controladas sus tormentas huracanadas, queda tan solo una niña de mujer, que caminará por donde todos caminan.

Pero adentro algo amontona distancia.

Entonces Nadi, sopla suavemente en las hendijas de lo permitido y su aliento de tibia rebeldía, de brisa de Marzo, parte al mundo en dos, imperceptiblemente. Y de la fuerza que la tierra hace para mantenerse unida, crea la niña en su profundidad, las palabras que besarán cada mañana los hombres y mujeres nuevos, dejando para siempre de olvidarse de ser la pureza de los niños que eran. Natura no impone y La Maquina no funciona.

Entonces adentro es afuera, y Nadia habla con su hombre, amigo, ángel, y gana estas palabras que él pierde sin cuidado, como el viento que para ser, pierde el aire que lo hace.





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Björk & Modeselektor - Hidden Place (Dj Pau Candi Remix)

lunes, noviembre 5

Mara No



Vos agarrás y le decís no a Mara, y Mara no. No brilla, no cantan los pájaros sin su brillo, no amanece. Días de bruma sin viento, los barcos se chocan en el puerto.

-. ¡No Mara, eso no se toca! .-

Y eso no es tocado, por nadie más nunca, y muere de falta de tacto, se hace un hueco de adentro hacia fuera y se cae dentro de sí, de no.

-. ¡Mara, ya te dije que no! .-

Que no, te dije, y Mara no, no dice. Los ojos secos sin pestañear, las preguntas sin respuestas, los suspiros, los fastidios. La Niña Toro no, no corre, no camina, no va detrás del rojo, no hay rojos, todos los grises, la voz que no sale de adentro, los cuernos limados, los cascos gastados, los músculos dormidos, ni la cosquilla, ni la sonrisa, ni el reflejo, la mosca en la cara mira con sus miles de ojos la inmovilidad de la vida que no, la niña que no, Mara no.

-. ¡Mara, es no y basta! .-

No y basta, y no basta. Ella se toma las manitos y junta los pies, uno pisando el otro, se le frunce la pera, le tiembla, se le cae del árbol, se cae el árbol, todos los árboles, los bosques, no hay quien agarre los ríos en la crecida, la inundación, después el desierto, pájaros durmiendo en el suelo, peces atascados en el barro, la tierra herida, la vida no.

-. ¡No Mara, y no es no! .-

No es no y el hambre ya no se queja, el corazón se niega a latir, no es bobo. La oscuridad y la fiebre, los sueños donde la gente grita, los monstruos persiguen, la muerte despierta. Levantá el brazo Marita, para que te ponga el termómetro, decile hola al doctor ¿Qué tiene doctor? Que no.

-. ¡Porque no y se acabó! .-

¿Por qué? Porque no. Porque no y se acabó, se acabó. Y se acaba, palidez, ausencia, ambulancia, internación, suero, dios mío. Pulmones de papel crep, palabras que se traban al salir, o que no salen. Silencio, hospital, olor a vida remendada, desinfectada, pasillos que esperan, horarios de visita y un cuadrito de enfermera con un dedo en la boca diciendo no. Y Mara no.
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Música: Jamie T – Calm Down Dearest