martes, abril 29

Amor Melifluo

Pensadores, filósofos, religiosos, poetas y hasta científicos, mujeres y hombres de todas las épocas, han intentado durante siglos identificar de donde viene el amor. Ese sentimiento supremo capaz de darle a uno la fuerza de voluntad necesaria para revolucionarse a si mismo y desde sí a todo lo demás, se oculta en el misterio de su origen, su lugar generador, su punto de partida.

Tampoco hay luces sobre su destino, cuando el amor se acaba o se transforma ¿Dónde da su último suspiro? ¿En que orilla deja de nadar para arrastrarse?

Si el amor es energía, el desamor debe serlo también, como su opuesto necesario. Antimateria oscura e inasible, inversa a esa materia-amor tan primavera de los hombres, fiesta de sus sentidos.

Y entre medio del blanco y negro que siempre es blanco ó negro, está la amplia gama de grises, lo que he dado en llamar: “Amor Melifluo”. Ése que no alcanza, que no tiene fuerza para imponerse ni para revolucionar nada, ése pequeño, frío, frágil, insípido amor que se creía solo fruto de los mediocres y que con las últimas estrategias alienantes impuestas por los poderes retrógrados que dominan a la humanidad, se ha extendido a todos los sectores a una velocidad sin precedentes, con tan solo algunos focos de resistencia aislados, demasiado aislados.

Ése amor melifluo es el que vos sentís por mí, el que pide siempre mucho más de lo que da, el que mezquina, especula. Ése es el amor que querés darme, y yo claro, no lo quiero, no lo necesito, y lo desprecio.

Ya bastantes precariedades y sinsentidos he aceptado para vivir en esta sociedad, como para también dejar que se llene de gris nimiedad este profundo y luminoso rincón de mí, jardín de la paciencia, cascada originaria que prueba la existencia, la vida de mis actos, el color de la luz, allí no, no pasarán.

Podés sacudirte la ceniza, la memoria llena de ruinas, el humo que todo lo cubre y amarme como dios mandaría si existiese o podés dejarme solo. Yo caminaré mis años hasta otra que sea bastión del amor perro, herida que aún muerde, belleza que lastima, inocencia que salva, amor a muerte. Porque no todo es perecedero, precario, deleznable… el amor es para siempre, pasos en la nieve, fuego en los ojos del cielo, alimento de si mismo.

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Música: Juno (Original Soundtrack) - Anyone Else But You.