viernes, noviembre 17

Monstruo Irrecuperable



Sos un monstruo, un monstruo irrecuperable. Sentenció ella antes de irse. Después el monstruo caminaría lentamente sintiendo cerrarse los ojos y los pies, intentando a cada paso perder el peso de sus palabras, como piedras colgadas de la punta de los dedos. Su espalda se doblaría, árbol que busca agua, y la sangre latiría en todo el cuerpo, un gran corazón él, doliendo.
El monstruo sabe que es monstruo, cuando el silencio se ahoga, placidamente, en su alma quieta, y siente deseos de morder a los injustos. En este mundo donde se destacan los que rugen y se dejan los dientes olvidados para morder con la lengua, la justicia depende del depende.
Los libros no acarician como mujeres, pero tampoco miran con desprecio, tampoco miran con desprecio.
No es muerte la que otros te hacen, ni la que viene sola, la que uno se hace al esconderse es la única muerte, la que termina.
El monstruo quiere dejar de serlo, a nadie le gusta que lo persigan siempre y nunca lo alcancen. La soledad hace a la luna reflejarse en el mar y torcerlo, pero su luz es a su vez reflejo.
Es cruel todo intento de parecerse a cualquier cosa que no sea uno mismo. Dejaremos de volar si somos el único ser que vuela, para que no nos odien los que corren por los prados, los que duermen en los árboles, los que se hunden en la arena. Nos arrancaremos las alas una noche y después cada mañana. Imitaremos el movimiento torpe del hombre, la obviedad de su carácter, su previsible pensamiento, para descansar en la mujer, beber de su veneno y morir como quien duerme y simplemente no despierta, o mucho menos.
Dejaremos de ser monstruos, libres, buenos, conoceremos las mezquindades, las desimportancias, lo ajeno. Seguiremos el camino que todos siguen, aquel que cuando acaba empieza de nuevo. Seremos uno más que es ser uno menos.
Hasta que nos demos cuenta que su luz era nuestro reflejo y en la oscuridad nos encontremos y ella nos descubra otros, salvajes, verdaderos, y entonces nos sentencie: Sos un monstruo, un monstruo irrecuperable.

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Pau Candi
17 Noviembre 2006.

Música: Joe Henderson - Lazy Afternoon.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

soy una monstra también, irrecuperable también...

Anónimo dijo...

el veneno no es exclusividad de la mujer... sino de los que reptan...