martes, mayo 1

Nadia

Pero la Niña Toro es devuelta a la ciudad una vez curada. La ciudad sonríe cínica, el toro se resbala en el asfalto, no importa el mar, la ciudad sabe enfermar igual y ni el mar sana... Mara tiene enemigos dentro de sí y tantos traidores que ninguna defensa puede, se rinde la niña de mirada cansada, y en sus manos se abandonan libros, comidas desabridas y muñecas sin vida. A veces la dejan salir algunos minutos al sol del jardín, donde hay una hamaca colgada a un árbol. El árbol se pone contento, mueve sus ramas y suelta sus hojas, aún sin viento. La niña cuenta los minutos de libertad y sonidos de silencio, pero los minutos corren a esconderse, se terminan. Crece la niña, casi sin ir al colegio, sin amigas ni amigos, sin jugar. Un niño de mejillas coloradas la visita un día y otro día y otro más, le toma la mano y Mara puede sentir la vida que le falta. El niño le trae un regalo y Mara lo abre con la esperanza de que sea algo con alas, pero no es un avión, ni un pájaro, ni un ángel, es una muñeca, se llama Nadia y no es igual a las otras. Nadia sabe mirar. Entonces la niña le hace un lugar en su cama, aunque la muñeca no sepa dormir. Nadia sabe escuchar, y Mara le cuenta de los hombres de los libros y de los otros hombres. Nadia sabe quedarse quieta, y juegan a quien se queda más quieta, y se hacen trampa. Nadia sabe mirar, y sus ojos no se distraen, y mira lo que mira. Nadia sabe acompañar, y pasan los días y las soledades y la niña empieza a querer a su muñeca. Nadia recibe el cariño de Mara y lo devuelve eternamente, como todo objeto. Pero todo lo que se ama cobra vida, y todo lo que vive es libre...

Es libre...

...incluso de abandonarnos, incluso de hacernos daño.





Música: Outkast – Morris Brown.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...y que lo digas!

Verónica Gámez dijo...

Nadia suena a "nadie", es como personificar a la soledad, darle un cuerpo, una existencia al espacio vacío. Estar con Nadia es estar con nadie. Darle cariño a Nadia es elegir dárselo a nadie para evitar el dolor del rechazo. Porque el niño de mejillas coloradas no tiene nombre y la muñeca sí.... Y porque además LA soledad es un personaje femenino.
Muy apropiado el nombre. Me gustó. :-)