lunes, julio 23


2 comentarios:

Anónimo dijo...

...todavía no habías desaprendido tanto, todavía no habían matado tu corazón las mujeres equivocadas, todavía la conciencia de ser no pesaba lo que ahora pesa, todavía había verano y lo traía el viento...

Verónica Gámez dijo...

No lo publiques porque Lucila se va a enojar, pero yo creo que sos el mismo... sin "todavías".
Me molesta particularmente cuando nos empecinamos en verle el lado devastador de la vida.
Nada ni nadie tiene la fuerza ni el poder para devastar lo que ese niñopau es en vos. En todo caso te regeneraste, te resignificaste, te enriqueciste... pero nada real se puede perder, porque es lo que sos verdaderamente. Y si como decís en el capítulo III de Elisa, que la timidez es un gran frasco en donde estás guardado, es porque ahí adentro te conservás intacto. Y cuando ves que afuera hay buen tiempo y te das cuenta que no hay nada ni nadie acechando para latimarte, salís y sonreís esa misma sonrisa de la foto.