sábado, febrero 23

Secante

Hay dos tipos de dolor, el dolor físico y el otro. El dolor físico se aguanta, se aguanta y cuando no se puede más se grita. El otro es más difícil de aguantar y mucho más difícil de gritar, y cuando no se grita se ahoga, no se dice ni se llora. Se traga como saliva, se deja ahí, total no se ve, como tierra bajo la alfombra. Se sonrisa falsa, se disimula, se hace como que no. Y se espera que el tiempo que todo lo cura, lo cure como a todo. Pero el tiempo es como un remedio, cura los síntomas y el dolor sigue, se va convirtiendo en caspa, mal aliento, insomnio, úlcera, o lo que es peor, en miedo. Un miedo oscuro como el adentro, que huele a intestinos y mastica rabia. El miedo impide, detiene, cansa. Te va devorando de a poco, dejando de vos solo la cáscara, que aún vacía continúa sonriendo, haciendo como que no, no me duele, estoy re bien, mejor que nunca, en serio, te juro, siempre tuve ojeras, soy así me distraigo, disculpame ¿Qué me decías? Ah sí, perdón, es que no tengo ganas de hablar, no es por nada ¿Dónde está el baño?

Abrir la canilla y mojarse la cara de papel secante.

Por otro lado hay un solo tipo de alegría, de la que no se aprende como del dolor pero que se ríe siempre verdadera y maravillosamente. No es que la prefiera, le admiro la falta de consecuencias.

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Música: Jamie T – Operation.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

...después de leer esto un silencio vino y se quedó unos minutos en la casa. Un silencio total, ni autos en la calle, no voces de personas, ni perros ladrando, ni música, nada. Tuve frío con 29 grados...

Lalu

Candelaria dijo...

y cómo duele el otro dolor..
cómo estás Pau Candi?
volví con mis fotos sin vida.
Espero que estés muy bien.
Saluditos