martes, mayo 16

80 Días en un Mundo dado Vuelta

*este es el ultimo capitulo, leer antes los anteriores, abajo a seguir...

80 Días en un Mundo dado Vuelta

por Pau Candi

Capitulo IV: Los Otros

Todo era hermoso entre nosotros pero no estábamos solos, estaban los otros, la forma de los otros, las normas de los otros, la ciudad de los otros, el gobierno de los otros, la economía de los otros, los países de los otros y entre esos países el mar. Fuera de nosotros todo era los otros, y los otros eran más. Los otros eran la mayoría y hasta dios sabe como les va a las minorías en este mundo.
Ella fue parte de los otros, la parte de los otros que a mi más me gustaba. Estar con ella era más lindo que estar solo y mucho más lindo que estar con otros. Cuando la abrazaba sentía que ella crecía para adentro, se hacía chiquitita, se escondía del mundo en mis manos de king kong, delicadas, seguras... yo acercaba su cabeza a mi pecho, para que mi corazón le cantara aquel antiguo sonido de la vida, del cual nos alejamos tanto, hasta tener que buscarlo lejos de nosotros: la música, ese reflejo del ritmo propio.
Ritmo, ella tenía, caminaba como escuchando música, caminaba como quien sabe a donde va y sabe que llega a tiempo.
Caminaba hacia mí.
Empezó a ocupar mis espacios vacíos. Mandaba mensajitos que decían: yo ya sé que hoy voy a querer estar con vos así que cuando vos sepas llámame.
Nos encontrábamos, caminábamos juntos, yo preguntaba, ella respondía, ella preguntaba, yo respondía, ella pronunciaba mal alguna palabra, yo me reía, ella sonreía y yo era feliz, con eso solo, nada más que eso.
Después discutíamos sin efusividad: La pizza no es pizza, pizza es en Italia, el café, las pastas... ...el calcio no existe! fútbol es el nuestro, el asado, el tango... ...y además:
-. ¡Ustedes son ricos porque nos robaron todo a nosotros en la época de la colonia! .-
-. ¡No! mentira, ustedes son pobres porque tienen gobiernos incapaces y corruptos .-
-. ¡Já! ¡mirá quien habla de corrupción, los inventores! .-
-. ¿Qué dice? mejor cambiemos de tema... .- y me daba su manito que yo tomaba como si fuese algo preciado que debía guardar, como si de eso dependiese el equilibrio universal.
Me conquistaba con pequeñas cosas, me trataba bien por ejemplo, siempre... acostumbrado yo a las mujeres que te tratan mal cuando no te quieren y peor cuando te quieren. No se quejaba, ni reclamaba, tomaba lo que le daba, no pedía más ni menos, y siempre estaba dispuesta, sus “sí” querían decir “sí” y sus pocos “no” eran más bien “después” o “tal vez”. Y antes que todo estaban sus ojazos que todo lo veían, que todo lo aprendían, nada se les escapaba, brillaban y brillaban como estrellas guía, y estaba su sonrisa de alegría nueva, alegría recién nacida, que yo no podía dejar de admirar, como se admira todo lo que nace.
Cuando éramos juntos, nuestras auras crecían y nos envolvían de luz y calor, se transformaban en una atmósfera que nos cubría, dentro había agua en los ojos, en las venas, en las bocas; había tierra penetrante y profunda nuestros cuerpos; había piedras calladas que guardaban nuestros secretos; había plantas de lluvia como dedos, pestañas, besos como flores, caricias de viento; había animales que sabían correr y morder y lamerse... en nuestro mundo éramos y en él solo había lugar para la paz, la suavidad, la ternura, las palabras dulces, los sueños calentitos, la música, nosotros y poco más... no había lugar para los otros y su mundo.
Pero siempre había un momento en que debíamos separarnos para “hacer las cosas que hay que hacer”, entonces nuestro mundo se partía en dos y se iba desparramando en el camino que nos alejaba. Así nos metíamos en el mundo de los otros, con toda su influencia. No nos costaba demasiado sacarnos de encima ese mundo cuando volvíamos a juntarnos, pero los dos sabíamos que si nos separábamos, el tiempo podría perdernos en los otros hasta el punto de no ser más nosotros.
Entonces nació el amor, para ayudar a que nuestro mundo no perezca, como nacen las cosas que no deben morir, con propósito.




Música: Mychael Danna - Capote Soundtrack

1 comentario:

judjud dijo...

la magia seguía invadiendo la ciudad entre los dos, man mano pasaban los días se veía cómo el amor comenzaba a fluir en el aire, en la música, a propósito, cada vez que escucho Bajo Fondo Tango Club, hago la representación mental de sus miradas, de los alfajores con dulce de leche, con frutos del bosque, con chocolate, y las tantas variedades que nos ofrece éste país, no puedo dejar de pensar en la Patatina feliz cada vez que él le llevaba una variedad diferente de alfajores como postre muy argentino, y no puedo dejar de pensar en él, tipo serio y feliz en hacerla feliz, y más que válida la redundancia...
algo que jamás voy a olvidar, era todo aquello muy cercano a las pequeñas cosas, como por ejemplo las idas al super para acompañarla a comprar funghi para cocinarle a éste muchacho ansioso di mangiare la pasta italiana, que más, podría comenzar a escribir muchas cosas más, tantas como las 80 cosas que recuerdo de ellos dos, pero lo dejaré para el próximo capítulo, porque me agarra ese no se qué de la puta nostalgia, un abrazo gigante, io