jueves, agosto 2

La Otra Elisa

Capitulo V:

¿Sabés ir así con la sonrisa perpetua, los ojos mojados, las manos bailantes, un salto el cuerpo, cantando por la calle? Yo sabía. Acostarse a la noche, mirar el techo, pensar en ella, querer dormirse rápido para que venga rápido mañana, querer todos los días hoy, querer ganarle al tiempo, como si supiésemos que el tiempo no alcanza, y no alcanza. Administrar las importancias, cambiarlas de lugar... y si antes bañarse era perder el tiempo sagrado del juego, ahora era un ritual. Aprender a mirarse al espejo, darle valor a cosas que antes estaban en el piso. A ella le gusta como me queda la remera roja ¡La remera roja para siempre entonces! Aprender a mirarse, como el otro te ve, el otro no, ella. Los otros no importan, son otros, nunca importaron.
-. Me gustan tus manos... .-
-. ¿Que tienen? .-
-. ¡Son lindas! mirá, son suaves, los dedos son perfectos... a mi no me gustan mis manos .-
-. ¿Por qué, que tienen? .-
-. ¡Ay! ¿No vés? mirá, mirá este dedo, ¿ves? Es más largo que el de esta mano, tengo manos desparejas .-
-. ja ja ja ja ja .-
-. ¿De que te reís? ¡Malo! .-
-. Es que sós tan linda... ¿no querés ser mi novia? .-
-. Ya soy tu novia, tonto .-
Aprender todo de nuevo, de nuevo pero bien. Caminar hasta el mercadito, aprender a caminar, el ritmo, el estilo, cada paso, los brazos sueltos, las manos en los bolsillos, el chocolatín es para ella, no te lo comas, no te lo comas, no te lo comas Pau... ya va a venir, esperá. Va a venir con el pelo atado, dos colitas, que bailan al costado, las manos sueltas, los brazos finos, la sonrisa antes que todo, las mejillas rojas, ahora se corre el pelo de la cara y dice hola... aprender a mirar, a mirarla, hablar con los ojos y decir cosas lindas, decir cosas lindas, aprender a hablar, la voz, las palabras, terminar las frases con efecto, dejarla callada, ganarle ese silencio, ese amor mudo, ese abrazo... sentirla temblar, corazón saltando en el pecho... sentir... sentir todo: el viento que en el sur es El Viento, los demás son vientitos. La sal del mar en la boca, la voz repetida del mar, que te llama siempre. El sol, que toca el agua y la entibia, solo entonces se sumerge despacito hasta la noche. Elisa, que le tiene miedo a la oscuridad, como si no supiera que yo la cuido de todo, ya va a venir pero no viene, y tarda, y otra vez el tiempo, aprender a esperar... no aprendo.
-. ¡Hoooola! .-
-. Hola... ¿Dónde estabas? .-
-. Fuimos a Puerto Madrin ¿Y vos que hacés acá? .-
-. Nada, estaba mirando... tengo un regalito para vos, cerrá los ojos y poné las manos así .-
-. ... .-
-. …ya podés abrir .-
-. ¡Aaaayy! ¡¿Cómo sabías que me gustan de chocolate blanco?! .-
-. No sabía .-
-. Che Pau, tu tía me dijo que se van el Lunes ¿Es cierto? .-
-. No sé, ¿Cuándo es Lunes? .-
-. ¡Ya! Ahora, la semana que viene... de acá a cuatro días .-
-. ... .-
-. ... .-
-. ...cuatro días .-
-. ¿Me vas a escribir? .-
-. ¡Sí! .-
-. ¿Vas a volver el verano que viene? .-
-. ...sí .-
-. ¿Vos me amás? .-

-. …y sí .-

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Música: The Strokes - Truing Your Luck.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿porque cuando te leo, leo mi historia? ya no se si fue mia antes de que la contaras o ahora que no puedo dejar de leerte para saber que me pasará... Pau seguí siempre. por todas y todos los enamorados y para los que no tuvieron la suerte de estarlo, para que se contagien de ese virus fatalmente maravilloso.