sábado, agosto 18

Mara desconfía




La Niña Toro está sentada en una silla en medio de su habitación. Atenta, pasa lentamente la mirada por todas las cosas. Desconfía.
Las cosas son lo que son pero además son otra cosa. Las cortinas cobran vida con el viento y le tocan la cara con aterradora suavidad, pero al cerrar la ventana, a veces siguen moviéndose. Los cordones de las zapatillas siempre quedan en posición de señalar algo, y si se sigue el camino lo que se encuentra es una combinación de cosas tratando de comunicarse, lo que es asustador, porque las cosas son cosas, no deberían intentar comunicarse. La ropa sucia parece una persona sobre la silla, y si uno la guarda en el placard, parece una persona adentro del placard. Mara desconfía de que las cosas cambian de lugar y de forma apenas ella deja de mirarlas. Desconfía que el pequeño mundo de su cuarto nunca está como ella lo ha dejado. Desconfía que las cosas creadas por el hombre tengan rebeldía, quieran independencia, posean el mismo corazón libertario que ella posee.
Las cosas tienen vida. La vida tiene intención y Mara desconfía de toda intención, porque toda intención tiene un propósito, todo propósito una razón y Mara desconfía profundamente de las razones.
En sus noches de insomnio y fiebre ha estudiado a los hombres, sus razones, sus propósitos, sus intenciones. Cuanto más los estudia más desconfía.
Todo es lo que parece y además es otra cosa y muchas veces más cosas.
La niña permanece inmóvil en su silla, desconfía. No se acuerda si no sale porque no puede o porque no quiere, pero no sale. Afuera es peor, afuera están los hombres y un mundo creado en base a primeras razones, segundas intenciones, propósitos de terceros.
Una extraña luz va rodeando lentamente a la pequeña, una poderosa vibración hace temblar las cosas en sus lugares, el cuarto se ilumina.
Mara está enojada.
De repente, las ventanas se abren con la fuerza de un viento interior y desde el placard ruge una tormenta, furia oscura. Las cortinas son expulsadas hacia afuera, también la ropa sucia, las zapatillas y sus cordones señaladores. Todas las cosas se elevan y luego de revolotear por el cuarto son expulsadas ventanas afuera. El silencio llega, el vacío también, nada queda en la habitación desierta salvo Mara, en su silla.

El silencio tiene sonido a zumbido de abejas.

La Niña Toro se levanta y con inusitada violencia embiste contra el mundo…

…y el mundo cae.

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Música: Rage Against The Machine – Mic Check.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

achei que ía começar a nossa...

Anónimo dijo...

e achou bem, vai começar logo mais... que bom vc ae, esperando.