miércoles, agosto 15

La Otra Elisa

Capitulo XI:



Elisa, tus ojos están cerca ¿Me mirarás de nuevo con esa mirada de dolor, del dolor de un amor tan grande que no se soporta solo? un amor tan grande que debe ser dividido en dos... o en tres, o cuatro, cinco... tan grande que sobra, que hay para mañana, pasado mañana, todo el invierno... un amor tan grande que te llena, llama, llueve, y vas así todo gordo, fuerte, feliz, seguro, le ponés la cara al viento, al olvido, al futuro, a lo incierto, le ponés las cara al tiempo, al tiempo que no puede, no puede el Tiempo ni la Distancia puede, con este amor tan grande, tan grande como un río que no termina nunca porque siempre empieza de nuevo ¡Agua!
-. ¿Agua? Hay ahí, pero está natural... ¿No quieren Coca? Tengo Coca fría ahí en la heladerita... .-
-. …ah, gracias... .-
No me acuerdo el nombre del camionero, me acuerdo que contaba historias de aventuras, de un tiempo en que solo bastaba querer algo para conseguirlo.
-. ...bueno entonces me metí como changarín, fui juntando la guita, en aquel tiempo era gratis el curso en la marina... ¡Y cuando tuve el carné me embarqué! .-
Elisa estoy llegando, vengo con mi barco, estos son mis pies que caminaron hasta acá, estoy intacto, he triunfado porque he sobrevivido, Elisa, todo yo, con cada mano cada sonrisa, las nuevas y las antiguas, volveremos a ser porque nunca dejamos de ser porque lo que nos une es tan grande, es...
-. ... ¡Inmenso! yo nunca había visto un barco tan grande, era impresionante, como un edificio en el agua, yo no estaba solo, iba con otros tres compañeros, todos de Río Gallegos, entramos mirando todo, era un barco panameño, pero había tipos de todas partes, daba un poco de miedo... .-
De miedo, de ansiedad, temblaba imaginando cada posible encuentro (luego aprendería que esto no se hace, por una extraña razón cada acción imaginada, nunca acontece) mis manos se ataban una a la otra y yo no estaba más en ese camión, en ese camino, estaba en...
-. ...no sé, andábamos por lugares que nunca supe el nombre, el buque era enorme y teníamos que permanecer juntos para no perdernos, era peligroso meterse donde no se sabe, cuando parábamos en algún puerto todos bajaban, nosotros no, nos quedábamos en el barco jugando al truco, nos hicimos amigos del cocinero, un chango de Corrientes, él nos contó muchas historias, pero, después de cinco meses en alta mar ya nada te importa... .-
Nada importa, todo se cae, pierde el sentido ¿Qué importa? ¿Qué? y además, ¿Cómo una persona puede transformarse en tanto, mucho, todo así?

Llegar, saltar del camión, poner los pies en la tierra, llegar. El camionero nos dio direcciones, gente que podíamos ver en el puerto para conseguir trabajo como changarín, para tener plata, plata para... bueno para todo, todo lo importante.
Llegué a la casa con las flores medio caídas, es que di muchas vueltas a la manzana, soy un cagón, dale cagón. Miré de nuevo la dirección, es acá, dale cagón, golpeá...
Tomar aire, tomar más aire, ¿Qué pasa hoy con el aire que no alcanza?... tomar más aire... ffffffuuuuuuu... soltar todo el aire junto, ese aire caliente, lleno de cortocircuitos...
¡Más aire!
Vamos: ¡toc toc toc! golpear la puerta de la casa de las Yanes, la casa de Elisa... pero de todos los posibles momentos imaginados... ninguno era como este...
Nadie atiende.
No están, no hay nadie...
-. ¡¿Angustia que venís vos ahora?! .-
Las flores se doblaban como vergüenzas, caminar hasta la parada del colectivo, volver a Rawson, ya no vivíamos en la casa de al lado, no tenía corazón para esperar el bondi, no tenía cuerpo para dejarlo quieto, caminar y la angustia queriendo agarrarme...
-. No jodas Angustia, vengo a la tarde, deben estar en la playa... salí Angustia, ¿Qué venís? .-

Pero no volví a la tarde, ni al otro día, ni al otro, y así me fui quedando, y la angustia me agarró, y se fue quedando... y los días pasaban y yo ausente, como en sueños donde las cosas pasan, pero no pasan realmente...
El Leo y yo nos mudamos a un camping en Playa Unión, con una carpa prestada, fea y sucia, andábamos todo el día en el mar, o jugando al pool, metegol, fútbol... conocimos a otras chicas, unas que estaban en una casa rodante, nos invitaban a jugar a las cartas, o al ping pong... nos reíamos mucho, pero la angustia no se iba, nunca se iba, hasta que un día se la llevó el viento.
Un viento furioso, se desató de repente ¡No se atan los vientos! se enfurecen. Viento furioso se llevó todo, la carpa, la ropa tendida, la pelota, las cartas, los cables de la luz, la arena y hasta alguna gente se llevó, y mi angustia.
Y trajo una risa tonta, con el Leo nos miramos y nos empezamos a reír, y no podíamos parar, y festejábamos el viento que la gente sufría, y corríamos por la playa que la gente abandonaba, y celebrábamos el mar del que la gente huía, y gritábamos al viento que se llevaba nuestros gritos. Y apenas podíamos ver, los ojos entrecerrados, el viento sacudiendo mi ausencia, llevándose mi angustia y trayendo...
¿Elisa?
Del otro lado de la calle, los pelos tapándole la cara, y el mundo se detiene y solo hay viento, ella ahí parada, mirándome sin expresión, con las manos en los bolsillos.
Yo crucé la calle entre bolsas y hojas y papeles voladores, la miré, no dije nada, no dijo nada, estaba rara, diferente, otra... estaba linda, porque era linda y porque yo la amaba, porque siempre estuvo linda, y porque ese día todo era lindo, yo era lindo, mi amor era lindo, la furia del viento era linda. En días así no se puede morir, yo vivía. Vivía. El viento adentro, volándome.
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Música: Faith no More - Easy.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

fffffffffffsssssssssssvvvvvvvvvviento Pau viento que me llevas de las clinas, revoleándome para aqui y para alla, hasta dejarme desnuda cual mundo recién hecha. Torbellino tu historia en mi pecho.

Anónimo dijo...

Angustia que venís... mmm me suena!

Lobo dijo...

HABIA PERDIDO TODO CONTACTO CON CIERTA FORMA DE SENTIR, AQUELLA QUE LLAMAN TERNURA. HASTA LEER ESTA HISTORIA. GRACIAS HERMANO!